El Gobierno de Panamá dijo este jueves que se está registrando un aumento del flujo de migrantes irregulares haitianos y ecuatorianos que llegan al país tras cruzar la selva del Darién, la frontera con Colombia, en su viaje hacia Estados Unidos.
Si bien "en la última semana el flujo de venezolanos ha disminuido considerablemente (...) hay otras nacionalidades que estamos viendo que están aumentando, por ejemplo, Haití y Ecuador, y estamos muy pendientes de eso", afirmó el presidente de Panamá, Laurentino Cortizo, sin más precisiones.
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Panamá, adonde llegan tras cruzar la peligrosa jungla del Darién procedentes de Colombia, registra más de 210.000 migrantes en tránsito hacia EE.UU. este año, una cifra sin precedentes. Más del 70 % son nacionales de Venezuela y el resto de una treintena de países de África, Asia y América.
Panamá tiene estaciones de recepción migratoria (ERM) en su fronteras con Colombia (sur) y Costa Rica (norte), donde toma los datos biométricos de los migrantes y ofrecerles servicios sanitarios y de alimentación, un operativo que ha consumido más de 50 millones de dólares desde 2020 según los datos oficiales.
Las autoridades han reportado una bajada sustancial del flujo de venezolanos después de que Estados Unidos anunció el pasado 12 de octubre que todo venezolano que entre a ese país habiendo cruzado de manera irregular la frontera de México y de Panamá será expulsado a territorio mexicano.
También quedarán fuera de un programa estadounidense que otorga estatus legal por dos años a 24.000 nacionales de Venezuela que cuenten con un patrocinante y lleguen por avión.
Cortizo valoró como "importante" que el pasado martes las autoridades migratorias de Panamá, Costa Rica y Colombia, además de representantes de Estados Unidos, se hayan reunido en la capital panameña para abordar la actual crisis migratoria.
El jefe de Estado explicó que ha pedido a sus funcionarios que estas sean "reuniones que se aprovechen, que sean francas y no protocolares (...) reuniones muy directas", a fin de hallar salidas para "un tema en el que tienen que involucrarse a muchos otros países".
Centroamérica ha sufrido varias crisis de migrantes irregulares: de cubanos entre 2015 y 2016; de haitianos en 2021, y este 2022 de venezolanos, todos huyendo de crisis en sus países y con la intención de llegar a EE.UU.
En la cita del pasado martes, los funcionarios de Migración formularon un llamado a la comunidad internacional, "destacando la importancia de cerrar los pasos informales, que lleven al ingreso de migrantes irregulares a territorio panameño", señaló un comunicado del Ministerio de Seguridad Pública (Minseg) de Panamá.
"Fueron evaluadas varias propuestas en esta reunión, lo más importante es que los Estados presentes estuvieron de acuerdo en el establecimiento de rutas seguras y formales que ayuden a combatir el tráfico ilícito de migrantes, la trata de personas y (...) salvaguardar la seguridad" tanto de los migrantes como de los nacionales de cada país", indicó el comunicado.
Agregó que se acordaron además siete puntos -todos sobre acuerdos ya suscritos en materia migratoria- sobre los cuales se establecerá la hoja de ruta para la segunda reunión entre los representantes de los cuatro países, que tiene como fecha de realización el 9 de noviembre próximo, en un lugar no precisado.
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